Las temperaturas extremas son especialmente perjudiciales para los coches por lo que, al igual que en verano, en invierno tu coche sufrirá más. Recuerda prestar especial atención a estas partes de tu vehículo:
- Batería: la batería es una de las partes de nuestro coche que más sufren con las bajas temperaturas, por lo que esta podría estropearse y dejarnos tirados cuando menos lo esperemos. Es especialmente importante revisar si tiene más de cuatro años de antigüedad.
- Luces: en invierno las horas de luz disminuyen, por lo que es más importante que nunca que las luces del coche funcionen correctamente. Verifica que estas funcionan con normalidad, especialmente las antiniebla, y comprueba que estén bien reguladas para no cegar a otros conductores.
- Neumáticos: si vives en una zona con un clima muy frío durante el invierno, deberás elegir unos neumáticos adecuados a las bajas temperaturas, principalmente debido a la nieve y al hielo en la carretera. Estos consiguen una mayor adherencia a la calzada y reducen considerablemente la distancia de frenado en comparación con los neumáticos de verano.
- Frenos: las malas condiciones de la carretera en invierno hacen que sea de especial importancia comprobar el estado de los frenos. Cambia el líquido si el nivel es bajo, o sustituye las pastillas o discos de freno si están muy gastados.